El fantasma de las Navidades pasadas
El fantasma de las Navidades presentes
El fantasma de las Navidades futuras
Despidiendo el año
Empezando el año
Una noche cualquiera en casa de Mamá de Parrulín
Mamá, me cuentas un cuento de amor?
Se llamaba igual que Parrulín.
Terminado el plazo para los buenos propósitos del 2015
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Hoy dice el periódico
Un sábado y dos parecidos muy razonables
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Telepienso |
Veintinueve un veintinueve y más veintinueves
Regalos de ayer y de hoy
Mamá de Parrulín y de Xoubiña, pelín nostálgica hoy.
Un niño de altas capacidades no necesita ayuda
Mamá de un Ferrari
Happy week finish with a happy friday
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La mejor arma contra los enemigos de la lactancia
En el país del ayer
Los terribles dos
Un viaje inesperado de despedida
Hoy escribo en el autobús, camino de Galicia. Las lágrimas empañan y emborronan estas letras que escribo. Hoy me voy a Galicia de forma inesperada, a despedir a mi tía, que fue como una segunda abuela y como una segunda madre para mi. Hoy me separo de mis hijos por primera vez. Vuelvo mañana, me perdonarán, pero yo no me perdonaría no ir a despedirme de la Nenina.
La Nenina era en realidad prima de mi madre, pero se criaron casi como hermanas, siempre juntas, siempre unidas. Se quedaron viudas con unos meses de diferencia y eso las unió todavía más si cabe. Se llamaban todos los días para contarse sus penas, sus alegrías, los últimos cotilleos del pueblo. Y hoy se han vuelto a encontrar allí en el cielo, o en la nube que decía mi madre que iría, o donde quiera que esté, pero estarán juntas de nuevo, riéndose.
Mi madre se reía poco, tuvo una vida dura, pero mi tía se reía siempre y no la tuvo fácil tampoco. Mi madre siempre se reía con mi tía. Una vez tuvieron tal ataque de risa en la plaza del pueblo que un señor les llamó la atención. Dos viudas riéndose! Y eso les hizo mas gracia todavía, no podían parar de reír. Nos lo contaban a menudo.
Mi tía era diez años mayor que mi madre y pocas veces había salido de Galicia. Cuando supimos que era el final vino a Madrid toda la noche en el tren para despedirse de su prima. Cuando llegó estaba inconsciente y le estaban dando la extremaunción, pero luego despertó y pasamos una buena tarde de risas compartidas. Aquella noche dormimos con mi madre en el hospital mi niña de tres meses, su prima y yo. Creo que al ver a su prima allí fue cuando verdaderamente supo que se moría. Y fue la primera vez en su vida que no lloró al despedirse de ella.
Hoy me toca a mí hacer ese camino de despedida. Y me toca hacerlo sola. Este camino tantas veces repetido, que siempre terminaba con un abrazo, con su sonrisa y con una sopa de fideos para la cena de mis hijos. Mis hijos la querían muchísimo, ella sabía hacerse querer, una de esas personas por las que los niños se sienten inmediatamente atraídos. Xoubiña la llamaba abuela Nenina.
Ya no me queda nadie en mi pueblo, ella era la última familia que tenía allí, que me hacía sentirme como en casa. Sabía que estaba malita, pero estaba mejorando. El viernes hablamos por teléfono y me dijo que nos veríamos en semana santa, estaba haciendo una chaquetita para mi niña. No esperaba tener que despedirme de ella de esta manera.
He venido toda la noche en el autobús, volveré esta misma noche en el autobús también y ya no recuerdo la última vez que viajé sola. Es la primera vez en seis años que tiene Parrulin que no he dormido con él, más me preocupa la pequeña Xoubiña, cómo lo estará pasando, cómo habrá dormido sin teta, qué pensará hoy cuando vaya mi amiga a recogerla a la guarde y cuando también le falte por la noche.
Estoy en Galicia, con el corazón desgarrado, con una maleta de pocoyo y un gran paraguas. Llueve. Y llueve también en mi corazón. Hoy me siento un poquito mas huérfana si cabe. Hoy hecho de menos a mis hijos. Hoy hecho de menos a mi madre y a mi tía, pero ellas no volverán.
Vengo a despedirme, a decirla que la quiero por última vez, a agradecerle todo lo que hizo por mi abuela, cómo la cuidó, lo que hizo por mi madre, cómo la hizo reír y lo que hizo por mí, cómo me hizo sentir. Gracias Nenina.
No te estoy diciendo que será fácil, te estoy diciendo que valdrá la pena. Ese es mi propósito para este año. Despedir a mi tía no me lo pone fácil, valdrá la pena esforzarme para curar todas mis heridas, pero tenía que venir.
Mamá de Parrulin y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.