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Channel: Mamá de Parrulín y de Xoubiña
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El fantasma de las Navidades pasadas

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Ha venido el fantasma de las Navidades pasadas, al más puro estilo Dickens. Esta noche ha venido a visitarme el fantasma, el primero de los tres. No viene a mostrarme las escenas dolorosas, tuve una infancia feliz aunque luego siguiera una adolescencia complicada. El fantasma de las Navidades pasadas ha venido a traerme recuerdos de mi infancia, buenos recuerdos.

Me muestra con mis hermanos, soy una niña pequeña de cara redondita y expresiva, llevo un gorro buzo marrón de aquellos que se llevaban en los 70. Estoy en la plaza mayor, de la mano de mi padre. Hemos ido como todos los años a escoger una careta para que los abuelos no nos reconozcan al bajar del tren y yo escojo una careta de Blancanieves. Me entretengo con la música de un villancico y me suelto de su mano. Estoy perdida en la plaza Mayor, recuerdo la película de Chencho, y me pongo a llorar. Le estoy dando mi dirección a una pareja para que me lleven a casa cuando aparece mi padre, qué alegría volver a verle, qué bueno es sentir el abrazo reconfortante de mi padre.

Estamos en el tren, en el coche cama, toda la familia junta. Ansiosos, esperamos que entre en la estación mirando por la ventana a través de la lluvia, mi abuelo está esperándonos con las manos en los bolsillos, queremos darle una sorpresa. Mis padres bajan del tren, detrás de ellos tres pequeñajos con diferentes caretas esperan a que el abuelo, que siempre huele a colonia de lavanda, les pregunte ¿pero habéis venido sin niños? Entonces nos la quitamos y le damos un gran susto. Que estamos aquí abuelo! Bendita inocencia repetida año tras año.

Hemos llegado a casa de mi abuela. Puedo verla sentada en el salón, riéndose con aquella gracia que tenía. Tan buena como la recuerdo, tan cariñosa, tan divertida. Me está contando un cuento inventado, de aquellos que siempre tenían como protagonistas a Liborio y Pascuala. Mientras, cose un vestido para mí. Lleva su cruz colgada en el cuello, como siempre, la misma que ahora llevo yo siempre puesta. Me doy cuenta viendo la escena que siempre me he parecido mucho más en la forma de ser y en el carácter a mi abuela que a mi madre. Le encantaría haber conocido a mis hijos, lo que los hubiera disfrutado! La pequeña Xoubiña lleva su nombre también, como ella quería, como siempre me pidió.

Su casa es enorme, con un pasillo larguísimo de suelos de madera que crujen al pasar y al dar volteretas, ahí aprendimos los tres hermanos a dar volteretas. Al final del todo está el baño, nos da mucho miedo recorrer el pasillo a oscuras. El salón es el único sitio de toda la casa con calefacción y esperamos hasta el último momento para ir al baño a todo correr, mientras la abuela espera al comienzo del pasillo para que no tengamos miedo. Las puertas de las habitaciones tienen un cristal que, aunque impide ver el interior, puedes ver si está la luz encendida, saber quién duerme y quién todavía no. Es una gozada dormir sola en una habitación, en mi cama de madera, con mi colchón de lana que ya tiene hecho mi hueco y un millón de mantas para combatir el frío. En la calle está lloviendo y en casa, suenan los relojes.

Suenan los relojes, tiene muchos por toda la casa, un enorme reloj de cuco colgado en la pared del salón nos hace correr desde la otra punta de la casa para ver salir al pajarito cuando da las horas. Todos los relojes tienen sonería, para que no suenen todos a la vez están un poquito adelantados o un poquito atrasados, el único que da la hora exacta es el que está situado sobre la cómoda del salón. Qué bonito volver a oír los diferentes carrillones, qué recuerdos me trae.

Entre los crujidos de la madera, las puertas de cristal y los sonidos de los relojes que a veces me despiertan, cada noche de Reyes espero descubrirles “in fraganti” dejando mis regalos sobre las zapatillas que hemos dejado en el pasillo, cada uno deja los suyos delante de su puerta. Nunca lo consigo. Mi madre cuenta que cuando ella era pequeña los vio salir por la ventana de mi habitación y vio cómo se movían las cortinas. Yo espero volver a verlos y me pregunto qué hacía ella con la ventana abierta en pleno invierno.

Vuelvo al presente y su casa está vacía, es un cascarón del que sólo quedan en pie las paredes exteriores de piedra. Es desolador poder ver mi habitación desde la calle, sin paredes ni suelo, la casa completa, apenas unos pocos restos de lo que fue, azulejos blancos en la cocina y madera en las ventanas.

Me entristece la gran similitud que encuentro con mi vida, el desmoronamiento de una casa, el dolor en las esquinas, mi habitación desnuda y hueca, el lamento de los relojes en la madrugada, el olor a lavanda flotando en el vacío, los abrazos que no volverán, los seres queridos que tanto añoro, la lluvia cayendo y… no hay tejado.

Hoy he vuelto a ver aquella niña que creía en la magia, la niña que todavía no conocía la prisa que acelera, el insomnio que empobrece, el miedo que atenaza, la pena que escuece, la soledad que duele. Me gustaría darle un abrazo y decirle que disfrute de la Navidad, ahora que todavía puede.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

El fantasma de las Navidades presentes

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Ha venido el fantasma de las Navidades presentes, al más puro estilo Dickens. Esta noche ha venido a visitarme el fantasma, el segundo de los tres. Es un gigante pelirrojo de voz grave, que ríe y se divierte en las fiestas. Sostiene una antorcha encendida, lleva una funda sin espada, símbolo de paz entre los hombres, y bajo su túnica dos niños, uno que representa la ignorancia y otro que representa la necesidad, para que me cuide de ambos.

Me ha mostrado una familia reunida en torno a la cocina, unos hermanos trabajando juntos para llenar la mesa de excelente comida, unos padres felices de tener a toda la descendencia alrededor, un montón de primos que se quieren y cuidan unos de otros, con risas y villancicos, con simpatía y alegría… El caos era organizado y el barullo era esperado.

Los nietos más pequeños, emocionados de pasar la nochebuena con toda la familia de su padre, en lo que ellos llaman una fiesta, Parrulín con corbata, Xoubiña con vestido de estrellas de Navidad, están guapos y lo saben, su madre se ha esmerado mucho para que este día fuera especial para ellos. Su madre está triste, intenta disimularlo, piensa que carece de ese calor familiar, esa vuelta al hogar, ese anuncio del Almendro. Es la falta de raíces propias lo que le hace tambalearse, lo que hace que las lágrimas amenacen con desbordarse.

Al finalizar la cena de nochebuena no se comen turrones preparados, es el momento de sorprender a los abuelos con dos enormes tartas con unos muñecos de boda baturros, en unos días celebran 60 años de casados, y esa maravilla merecía una gran celebración. El abuelo tiene preparado un emotivo discurso y una preciosa sortija para su mujer, con siete brillantes como sus siete hijos. Es una imagen preciosa que me ha conmovido profundamente.

El fantasma me ha mostrado también un día de Navidad que no comienza demasiado pronto, los niños duermen casi hasta las diez de la mañana después de trasnochar el día anterior. Es el día de Navidad y su madre decide que es el día perfecto para desayunar chocolate con churros, para reponer fuerzas y hacer tiempo hasta que podamos ir a casa de los yayos a ver qué nos han dejado los Reyes. Como toda la familia sabe, los Reyes pasan por allí la noche de nochebuena, porque somos muchos y luego van a estar muy ocupados.

Xoubiña ha pedido un camión amarillo de Peppa Pig, otro Peppa Pig para su hermano, otro Peppa Pig para su padre, una jirafa pequeñita para su madre y una rana para su tío F, dos últimos detalles tan incomprensibles como entrañables. Le han traído todo lo que había pedido, y un muñeco bebé, y una enorme Minnie que cuenta cuentos, y unas botas camperas con estrellas, algunas cosas más y un disfraz de Blancanieves que exige ponerse inmediatamente.

Parrulín sólo ha pedido unos Monsuno, piensa que si sólo pide una cosa los Reyes se la traerán seguro. Quizá sea su último año de inocencia y era especialmente importante para su madre que disfrutara todo lo posible. Los Reyes han acertado con los Monsuno, también con el microscopio y el telescopio, con el juego de química, con el cohete para construir y algunas cosas más, aunque en principio sólo tiene ojos para los Monsuno pronto montará el telescopio y mirará a través del estómago de una mosca. El resto, lo deja para casa.

Me veo sonreír ante su emoción, conmoverme con su inocencia, participar con su alegría. Esas caritas son la mejor satisfacción de unas agridulces navidades, la búsqueda incansable del camión amarillo, la ilusión por la sorpresa del telescopio y el microscopio, el montón de regalos escondidos, los secretos mejor guardados. Su felicidad es la recompensa a tanto empeño y esfuerzo por realizar la magia de la Navidad.

Después llegará la comida del día de Navidad, de nuevo son los hermanos los que se reúnen en la cocina para demostrar su arte culinario y preparan una enorme merluza rellena digna del mejor restaurante. Contemplo los sucesivos intentos por hacer que Xoubiña coma algo, todos fracasados. Veo una familia unida que conversa en torno a una mesa. Me siento parte de esa familia, que no es la mía, hasta que un grito injusto, doloroso, inoportuno y peor que la falta de raíces, me devuelve a la realidad.

Vuelvo a mi cama, a mi almohada mojada de lágrimas, a mi corazón cada vez más marchito, a mis cicatrices cada vez más profundas, a mis heridas cada vez más dolorosas. La voz grave del fantasma me advierte que no puedo seguir así. Lo he intentado, juro que lo he intentado, yo no quería que las cosas fueran así, y lo he intentado poniendo todo mi esfuerzo en ello.

Hoy he visto una mujer que se empeña en mantener la magia, la ilusión y el amor, que se empeña en volver a levantarse después de cada caída. He visto una mujer que conoce bien la prisa que acelera, el insomnio que empobrece, el miedo que atenaza, la pena que escuece y la soledad que duele.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

El fantasma de las Navidades futuras

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Ha venido el fantasma de las Navidades futuras, al más puro estilo Dickens. Esta noche ha venido a visitarme el fantasma, el último de los tres. Es una sombra oscura que no habla, sólo muestra imágenes del futuro. Al contrario del que visitó a Scrooge no viene a revelarme mi muerte, sólo viene a mostrarme el futuro que me gustaría construir, las navidades que desearía que se hicieran realidad, la vejez acompañada de mis seres queridos.

Me ha enseñado una gran mesa de Navidad, una abuela mayor, de pelo cano y gran sonrisa, preside la mesa, al otro lado el abuelo refunfuña con cariño por algún motivo. A su alrededor sus hermanos, sobrinos, hijos y nietos, todos reunidos en torno al hogar, al calor de la familia. Se puede ver el amor, la armonía, la complicidad entre todos ellos. No hay gritos ni discusiones.

Parrulín ha crecido, se ha convertido en el hombre que yo pensaba, un buen esposo y un excelente padre, tiene tres niños pequeños y rubios que llenan la casa de gritos y alegrías. Su mujer, a su lado, le dedica miradas cariñosas que él sabe corresponder con un amor de esos que se demuestran en cada gesto, en cada detalle. Me siento orgullosa del hombre que es y de la familia que ha formado.

Xoubiña se ha convertido en una mujer adorable, tiene una niña pequeña y en unos meses dará a luz a dos gemelos que vendrán a colmar su felicidad. Su marido cuida de ella, casi con devoción, la ternura con la que acaricia su barriga me conmueve. Me siento feliz de saber que ha logrado tener todo aquello que deseaba, que sus sueños se han cumplido. Su felicidad es la mía.

Mi hermana mayor, con su marido, su hijo y su nieta, también nos acompañan, mi hermano pequeño tampoco podía faltar una noche como esta, ha venido con su familia desde muy lejos para celebrar este día con nosotros. Estamos los tres juntos y unidos, como hermanos que somos, como familia que somos.

Los cimientos de una familia que ha sido reconstruida, ya no hay dolor en las esquinas, la habitación está llena, en la chimenea crepita el fuego, el olor a leña flota en el vacío, los abrazos se repiten, los seres queridos se añoran con cariño y… suenan los relojes.

Me despierto en mi cama, prefiero seguir soñando. Soñando con un mundo mejor, con almohadas sin lágrimas, con corazones henchidos, cicatrices curadas y las heridas cada vez más leves. Ojalá ese futuro se haga realidad.

Hoy he visto una mujer que se empeña en mantener la magia, la ilusión y el amor, que se empeña en reunir a la familia en torno a su mesa. He visto a una mujer que ha olvidado ya la prisa que acelera, el insomnio que empobrece, el miedo que atenaza, la pena que escuece y la soledad que duele.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Despidiendo el año

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Saturadita me encuentro ya de tanta Navidad, mañana termina la primera mitad y hemos sobrevivido, a ver cómo llevamos la segunda. De vacaciones, hoy es el último día, y con todos los Reyes comprados ya, supongo que será más ligerita, aunque tal vez sea mucho suponer eso.

Xoubiña está como loca con la Navidad, no va a ninguna parte sin su pandereta. Vas a cantar un Villancico? Si mamá, a cantá. Y se lía a dar panderetazos con muchas ganas pero sin ritmo ninguno al tiempo que canta Tengo una vaca lechera… Y yo me parto de risa. Mejor eso que cuando de verdad canta un Villancico, que no sé por qué entra en bucle la chiquilla Campana una, campana una, campana una… Ha venido sin botón de rebobinar o avanzar, por lo que nos quedamos en la misma campana eternamente. Y los peces otro tanto, beben y beben, y beben y beben… y ya los imagino haciendo eses por el río, incluso al borde del coma etílico, pero no avanza la canción, imposible. La mejor es una de la Virgen, que no caigo yo qué villancico es porque no entona muy bien la chiquilla y canta La Virgen… se lo piensa… La Virgen María vivía en un tapón… Innovadora es la niña, y qué ilusión le pone al asunto, me encanta!

Parrulín está como loco con la Navidad, pero como loco con todo el consumismo desmedido de esta época, de hecho se debate entre el consumismo y las comilonas a todas horas y no sé cuál de las dos cosas le gusta más ni cual me sale más cara, un horror. Ayer dimos una vuelta por el centro y entre que tenía hambre, que media hora después de merendar sería capaz de comerse un jabalí, y que todo lo quería comprar me estaba volviendo más majareta todavía de lo que estoy en estado natural. Hubo un momento en el que creí que me iba a dar un mordisco en el brazo y juraría haber visto que tenía el símbolo del euro tatuado dentro del ojo, por lo que accedí a comprar un chocolate con churros, muy navideño, muy de turista, muy tomadura de pelo, muy de mancharse y ponerse perdido. Con el dineral que costó un chocolate y cuatro churros en los aledaños de Sol dimos por satisfechos ambos caprichos, el de comer y el de gastar, que ya dice el dicho que comer y gastar, todo es empezar!

Tolón, tolón, tolón, suenan las campanas, aunque parezca una vaca paseando con su cencerro. Din don, din don, suenan las campanas, aunque parezca el timbre de la puerta. Cómo demonios suenan las campanas? Ah, pues lo googleo, y para mi asombro encuentro que existen diccionarios de onomatopeyas, lo que inventa el hombre, es increíble! Y luego soy yo la perturbada! En fin, que hemos visto el reloj de la puerta del Sol y todo listo para las campanadas de esta noche, que se pone de bote en bote, y las de mañana por la noche, y también el día 1 por la mañana, que con tal de celebrar… Ya lo sospechaba yo, de perturbados está el mundo lleno.

Suena el carrillón clon, clon, clon, clon, clon, y comienzan las doce campanadas.

Dong! La primera es por ti, madre, porque nunca despedí un año sin tenerte a mi lado, porque te quiero y te añoro, porque esta fue tu última noche y tu última uva, porque te recuerdo a cada instante, por dejar de esperarte y encontrar en tu amor y tu recuerdo mi consuelo.

Dong! La segunda es por vosotros, hijos, porque os quiero, porque no imagino la vida sin vosotros a mi lado para hacerme sonreír, porque mi único plan en los próximos años es construir vuestra felicidad.

Dong! La tercera, por la familia, porque la armonía y el amor sean las bases que la sustenten, que la paciencia y el sentido del humor que deben acompañarnos en nuestro caminar no se agoten nunca.

Dong! La cuarta, por ellas, por las amigas que siempre están ahí, por las risas compartidas y el corazón acompañado, cuatro uvas para cuatro taradas queridas.

Dong! La quinta, por la soledad del marinero, del caminante sin hogar, por el emigrante que se va, por las camas vacías, por los pueblos en guerra y por los niños sin pan.

Dong! La sexta, por la esperanza, la magia y la felicidad, por un mundo mejor, más humano y más justo, por no cansarnos de luchar, por volvernos a levantar.

Dong! La séptima va por ti, tenían que ser siete, porque tengas éxito en ese camino que ahora comienzas, porque siempre sales corriendo a buscar tus sueños y por la sonrisa de tu pequeño.

Dong! La octava por la luz al final del túnel, por el faro en la tormenta, por el calor del hogar, por un abrazo sin dudar y por alguien a quien amar.

Dong! La novena va por ti, porque deseas vivir la maternidad con toda tu alma, espero que este año se cumpla tu sueño, aquí o en un país muy lejano.

Dong! La décima, por las noches blancas de hospital, los pasillos vacíos, los corazones que sufren, el dolor acompañado y la espera interminable, porque exista al menos una esperanza para luchar y una mano que agarrar.

Dong! La once va por mí, porque es la que siempre se me atraganta, es la uva de las prisas, la que te tomas sin mirarla apenas, la de la mala uva y el sabor amargo, y esa soy yo.

Dong! La doce es la última uva, esta va por ti que lees este blog aunque lo hagas en silencio, gracias por acompañarme en esta aventura, por todo lo que hemos pasado y por la vida que vendrá. Gracias! Brindo por ti!

Feliz año 2015!

Mamá de Parrulín y de Xoubiña
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Empezando el año

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Pues sí, he sobrevivido a otra Navidad, a las luces, los árboles, los buenos sentimientos, las comidas familiares, el consumismo desmedido, los villancicos desafinados, las aglomeraciones, el exceso de azúcar, la subida de colesterol, el descenso de la cuenta corriente... He sobrevivido a cortylandia, al navibus, a los belenes, a las meriendas en el vips, a las panderetas, a todos los planes con los niños e incluso he sobrevivido a la cabalgata de Reyes!

Pero sobre todo, he sobrevivido a la tristeza y la añoranza. Lo he pasado mal, lo he pasado muy mal, pero me he empeñado en recordarme a mí misma que no eran estas mis peores navidades, que las peores ya las viví, y sobreviví. Era navidad y mi madre se moría, pero yo me encontraba acompañada, arropada por amigos y familia, con un bebé de tres meses al que cuidar y un niño de cuatro años al que proteger de la pena y el dolor, al que debía enseñar que se trataba de un proceso natural y que debía vivirlo sin traumas y sin dramatizar. El drama era mío, y si conseguía enseñarle a reaccionar de una manera diferente a la mía le habría enseñado algo que le ayudaría durante toda su vida.

Mi vida cambió radicalmente desde entonces, tuve que enfrentarme sola al día a día, sin nadie con quien hablar o con quien desahogarme, sin nadie que me comprenda y me pregunte, o que me abrace sin preguntar, sin una guía en la maternidad, sin un consuelo en la adversidad.

Ahora me encuentro profundamente sola, y cada vez me duele más. Han pasado ya dos años desde la muerte de mi madre, y yo tenía que estar mejor, tenía que haberlo superado, tenía que dolerme menos… y no es así. Me empeño en superarlo y prometo que pongo todas mis ganas y mi esfuerzo en volcarme en mis niños, especialmente en estas fechas. Pongo toda mi voluntad en no sentir, en no pensar, en estar ocupada, en llenar los huecos. Pero la verdad es que no hay fiesta que me apetezca, ni regalo que me haga ilusión, ni abrazo que me consuele, ni noche que no amargue, ni latido que no duela. No hay detalle que no haga asomar mis lágrimas, ni recuerdo que no las haga desbordarse cuando estoy a solas.

Creo que estos días he tocado fondo, o tal vez todavía tenga que pasarlo mal, pero he pensado mucho en mi situación y la conclusión que he sacado es que necesito ayuda, que no puedo seguir con este dolor y con esta pena, que no puedo o no quiero sufrir más y que sola no soy capaz de superarlo.

Una amiga me recomendó hablar mucho con ella, pedirle ayuda a mi madre, además de a un profesional, que encontraría las fuerzas y la compañía en esas conversaciones. Hasta ahora no había hablado nunca con ella, sin embargo sí lo hacía con mi abuela, pero hablar mentalmente con mi madre es asumir que no está a mi lado y me resultaba demasiado duro. Ni siquiera había borrado su contacto del teléfono, está dado de baja, pero todavía no había sido capaz de borrarlo.

Madre querida, la del corazón generoso y la palabra serena, la del amor incondicional y el abrazo sincero. Has estado a mi lado en todos los momentos de mi vida, has curado desde mis primeros rasguños hasta los pedazos de un corazón roto. Nunca me faltó tu apoyo, tu cariño y tu comprensión. Éramos cómplices en la vida, éramos amigas de aventuras y compañeras de viaje. Ayúdame ahora que tengo que caminar sola, préstame tu mano una vez más y ayúdame. Por favor ayúdame, sola no puedo. Te necesito. Te extraño. Te quiero.

El duelo patológico (o duelo complicado) es una reacción más extrema que el proceso normal de luto. Cuando una persona sufre de duelo patológico, está controlada por un sentimiento poderoso y duradero de tristeza que no muestra señales de terminar. Esta forma extrema de duelo causa un sufrimiento doloroso a largo plazo que puede tener un gran impacto en su vida. El que sufre de duelo patológico no logra alcanzar la aceptación de una pérdida y es incapaz de seguir adelante con su vida sin un tratamiento médico.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Una noche cualquiera en casa de Mamá de Parrulín

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Este relato podría ser de cualquier noche, ha sido esta, aunque valdría para otras muchas ocasiones. Bueno, es cierto que esta noche ha sido ya el colmo, pero no ha sido ni será la única. Sí ha sido la primera vez que decido abandonar todo y meterme en la cama de Parrulín, por mi propia supervivencia, física y mental.

Después de cenar se meten los dos en mi cama para que les cuente un cuento inventado. No me encontraba muy inspirada y ha sido un poco cortito, a veces quedan chulísimos y a veces no tanto, ayer era uno de los “no tanto”. Al acabar el cuento un besito a Parrulín y lo mando a su cama para dormir a Xoubiña con teta. Se duerme la nena y me duermo. Empieza bien la noche, tanto que no me entero de cuando se acuesta mi santo, debo de estar en fase REM o RAM o como se llame eso, que siempre confundo las fases del sueño con la memoria del ordenador y la marca de leche. Unas dos horas después…

1:00 Me despiertan los ronquidos de mi santo, está boca arriba, le pido que se ponga de lado.
1:15 Me despierta Xoubiña que pide un abú (un yogur) a gritos, pero está dormida. Además de despertarme a mí los gritos la despiertan a ella también. Pide teta y se vuelve a dormir.
1:45 Me despiertan los ronquidos de mi santo, está de lado, sí, pero me ronca en la oreja, le pido que se ponga del otro lado y ronque a la mesilla, que carece de orejas.

2:00 No me puedo volver a dormir con tanto ronquido aunque sea hacia la mesilla, me voy al salón y ya que estoy pensando en orejas coso una oreja de un elefante de peluche que estoy haciendo.
2:15 Me vuelvo a la cama esperando dormirme en seguida. Me han quitado el sitio, consigo meter la cabeza y torso superior en la cuna de colecho y el torso inferior y las piernas las dejo atravesadas en mi propia cama, con tal de dormir…
2:30 Me despierta Xoubiña que me dice algo sobre los nananitos (los enanitos de Blancanieves) a gritos, pero está dormida. Además de despertarme a mí los gritos la despiertan a ella también. Pide teta y se vuelve a dormir.
2:45 Me despierta Xoubiña que quiere que durmamos como amijas (como amigas) lo que significa ponerse boca abajo y dejar que pase su brazo por mis hombros esperando pacientemente a que se duerma para volver a una postura normal y no quedarme contrahecha al día siguiente, pero por una amiga, lo que haga falta!

3:00 Me despiertan los ronquidos de mi santo, ya no me queda ni capacidad sensorial para saber de qué lado ronca o a qué oreja, a Xoubiña también la despiertan los ronquidos. Pide teta y se vuelve a dormir.
3:15 Me despierta Xoubiña al poner su culo encima de mi cabeza, le aparto el culo suavemente y me vuelvo a dormir.
3:30 Me despierta Xoubiña que dice que se quiere bañar a gritos, pero está dormida. Además de despertarme a mí los gritos la despiertan a ella también. Pide teta y se vuelve a dormir.
3:45 Me despierta Xoubiña, porque sí. Pide teta y me niego, me levanto a hacerle un biberón a ver si alguna de las dos duerme un poco esta noche. Espero a que se lo dé mi santo porque si se lo doy yo se niega en rotundo, habiendo teta...

4:00 Me rindo, no puedo dormir, me levanto y me voy al salón. Pienso que si me pongo a coser para relajarme me lío, me lío y ya no dormiré nada y mi escasa cordura no se lo puede permitir.
4:15 Se me enciende una lucecita mental. Me voy a dormir con Parrulín, los dos juntos en una cama de 90, pero él ni me pide teta ni ronca y al menos dos horas tengo que dormir.

5:00 Me despierta Xoubiña, me reclama desde la otra habitación. Oigo que se conforma con papá y se me hace raro oírla en otra habitación que no sea la misma que yo.
5:30 Me despierta Parrulín Mamá, qué bien que estás en mi cama! Si cariño, los demás no me dejan dormir, pero tú sí, verdad? VERDAD? Siii, me gusta que estés conmigo. Me abraza y nos dormimos.
5:45 Me despierto asfixiada bajo el abrazo de Parrulín y saco la cabeza para respirar.

6:00 Riiiiiiiing! Salto de la cama ¿qué demonios es eso? Ah, el despertador! No puedo, pido una prórroga de media hora y deseo vivir en Canarias para tener una hora más.
6:15 Sueño que llego tarde a trabajar y no puedo encontrar un par de zapatos que hagan juego en toda la casa, todos desparejados, al final tengo que llamar a mi hermana para que me preste unos y poder ir a trabajar aunque tenga que encoger los deditos durante ocho horas seguidas.
6:30 Riiiiiiiing! Salto de la cama ¿qué demonios es eso? Ah, el despertador! Para soñar lo que estaba soñando, mejor me levanto y salgo pitando, aunque lo de los zapatos no era cierto a ver si el llegar tarde a trabajar va a ser verdad!

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, somnolienta.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Mamá, me cuentas un cuento de amor?

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Cuando Parrulín era pequeñito cada noche le leía un cuento. Desde que aprendió a leer solo y nació su hermana, lee en su cama antes de dormirse. Es estupendo, puede estar leyendo horas y horas. Me encanta verle disfrutar con un libro, oírle reír con Mortadelo y Filemón y que el regalo que más le ha gustado de Reyes haya sido el libro nuevo de Jerónimo Stilton. Una visita a la biblioteca o un paseo hasta la librería siempre es una fiesta para él, me encanta.

Xoubiña no se acuesta sin coger uno o varios cuentos de la estantería y llevarlos a mi cama, también lee ella sola“Había una vez…bancanieves… nananitos… una buja mala, mala… que vivía en un tapón…” se lo inventa y cierra el libro. “Se acabó!” No suele dejar que yo se lo lea, es muy independiente la chiquilla, y las veces que me lo ha pedido tampoco tiene paciencia como para que le lea una página completa antes de pasar a la siguiente, pero me alegra ver que ya tiene ese amor por los libros que tiene su hermano. Incluso coge el libro del abecedario y hace como que lee las letras “a, e, f, g, ocho…” es muy divertida!

Estamos pasando una de esas temporadas cíclicas en las que los celos hacen su aparición. Últimamente Parrulín quiere venir a mi cama para que le cuente un cuento antes de irse a la suya. Acepto aunque tarde más en dormir a la pequeña, que a estos dos cualquier excusa les parece buena para no dormirse y si están juntos más aún, pero acepto porque pienso que a lo mejor necesita más atención o más cariño de mi parte, pobriño mi niño mayor, mi príncipe destronado.

Una buena idea para inventar un cuento es pedirle al niño que nos diga tres palabras, las que él quiera, e incorporarlas al cuento. Suelen salir buenas historias, es divertido y fomenta su imaginación y participación en el cuento. Otras veces me pide que sea sobre un tema en concreto. Ayer me dijo “Mamá, me cuentas un cuento de amor?” Si, a mí también me extrañó, pero lo quería de amor.

Tiene una compañera de clase negrita con la que juega mucho y están siempre juntos. En una etapa en la que cambiar de mejor amig@ sucede con mucha facilidad, esta le está durando bastante. La niña se quedó encantada cuando vio la oveja que le había hecho a Parrulín para el disfraz de pastor y me pidió que le hiciera un caballo. Se lo hice en Navidad y se lo dimos al volver de vacaciones, le ha llamado Cascabel. Es una niña estupenda, me encanta.

En resumen el cuento trataba de un niño que era muy bueno, muy bueno, muy bueno, se portaba muy bien, obedecía siempre a su madre, hacía muy bien las tareas del cole, etc… (coletilla que siempre meto en todos los cuentos a ver si cuela) y una niña de su cole que era su mejor amiga. Pasaron los años, se acabó el cole, fue a la universidad, fue a trabajar y un día en el metro conoció a una chica muy maja que le invitó a un café en su casa, le enseñó la casa y en su habitación tenía a Cascabel. Parrulín se dio cuenta que era su amiga de infancia, se casaron, fueron felices y tuvieron un montón de hijos. Fin del cuento.

Parrulín se queda pensativo y comienza a reírse de forma nerviosa. Qué pasa cariño? “Es que me da vergüenza decírtelo mamá.”Que te gusta C? “Si… bueno… no… bueno, no sé, pero no es eso lo que te quiero decir.” Y qué es? “Que me quiero casar con ella!” Jajaja! Pobriño mi niño, qué inocente es. Escondía la cabeza en la almohada con su risa nerviosa y contagiosa.

Bueno cariño, es que queda mucho tiempo todavía para eso, lo que tienes que hacer es disfrutar de su amistad, pasártelo bien con ella y divertirte mucho. Y cuando seas mayor sabrás si quieres casarte con ella, o con otra, o con ninguna, o lo que tú quieras, queda mucho tiempo todavía.

Parrulín enamorado? No sé, no creo, me parece muy pequeño, yo por si acaso a la posible candidata a nuera ya la tengo ganada con el caballo Cascabel! Parece buena chica. Hay que ver lo que dan de sí los cuentos por la noche! Y yo que siempre me imagino nietos rubios jamás pensé que podría tener nietos mulatitos, si mi abuela levantara la cabeza… Jajaja!

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, posible candidata a suegra.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Se llamaba igual que Parrulín.

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Ayer fui testigo de algo difícil de digerir, salía del metro para ir a recoger a Xoubiña a la guarde, caminaba por la calle y unos metros delante de mí iba una madre con dos hijos, un niño de unos 15 años y una niña de unos 13, aunque me resulta difícil valorar la edad porque los veía de espaldas.

El niño no era muy alto, pero sí muy ancho y fuerte, con una envergadura de hombros importante. De repente el niño se vuelve hacia su madre y se lía a puñetazos y patadas con ella sin mediar palabra, con una fuerza tremenda, la niña intenta meterse por el medio y se lleva también un puñetazo en la cara y un par de patadas hasta que la madre vuelve a interponerse entre los dos para recibir ella los golpes. La madre gritaba histérica Fulanito, para! Y Fulanito se llamaba igual que Parrulín.

La gente que estábamos alrededor no sabíamos qué hacer. Qué cobardes somos los seres humanos! No había muchas personas, pero los que estábamos allí mirando qué ocurría, no reaccionábamos. Nos detuvimos y no queríamos pasar cerca por si nos llevábamos un golpe, supongo que más de uno estábamos a punto de llamar a la policía pero no llegábamos a hacerlo. El miedo y la curiosidad nos paraliza, la vacilación y la indecisión a la hora de intervenir aunque sea para ayudar a alguien demuestran lo cobardes somos! Tristemente tengo que incluirme en la cobardía colectiva.

En ese momento llegó un señor, que yo creí que era el padre pero luego resultó no serlo, lo apartó de su madre agarrándole fuerte por la espalda, a punto estaba de estrellar al adolescente contra la pared cuando la madre le detuvo gritando Para, para, es autista, está muy nervioso y tiene mucha fuerza! Y la madre seguía gritando Fulanito! Y Fulanito se llamaba igual que Parrulín.

El señor, abrumado, pidiendo disculpas, pero ninguno nos habíamos dado cuenta de lo que sucedía en realidad, y este señor había sido el único en tener coraje ante la situación. La madre que comprueba que el niño está bien, se había tranquilizado de repente, y la hermana, pobre, con cara de estar acostumbrada a este tipo de situaciones. La gente se disuelve y los gritos de esa madre llamando a su hijo igual que el mío quedan haciendo eco en mi cabeza, me he quedado con el corazón encogido, con cierta pena y con algo de remordimientos también. Estuve toda la tarde dándole vueltas al tema y considerándome tremendamente afortunada.

Yo siempre estoy bajo un velo de tristeza y en realidad debería estar contenta, tengo tantas cosas por las que dar gracias! Tengo dos hijos sanos y felices, y es el mayor tesoro que se puede tener. Tengo trabajo y tengo salud, no tengo más que las preocupaciones cotidianas que aunque en algunos momentos me superen, la verdad es que no tienen gran importancia.

Esta mujer, esta madre con cara de cansancio, luchando impotente contra su hijo, aguantando sus puñetazos y patadas, esta sí tiene problemas, y como ella muchas otras que tienen graves problemas por motivos diversos. Esta niña que seguro que ha tenido que madurar deprisa porque está acostumbrada a presenciar estos episodios, que no recibió ni una palabra ni una mirada de su madre para comprobar si ella estaba bien, esta niña que quizá se siente invisible además de impotente. Este niño que ya es casi un hombre, que tiene la fuerza de un hombre y al que se le va a juzgar como tal, pero no era más que un niño confuso por lo sucedido y con la mirada ausente.

Todavía sigo pensando en ello, en la madre que gritaba bajo una lluvia de puñetazos Fulanito, para! Y Fulanito se llamaba igual que Parrulín. Me siento afortunada por mi familia, es injusta mi tristeza… también me siento un poco cobarde.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Terminado el plazo para los buenos propósitos del 2015

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Hace unos días que se terminó el plazo para cumplir los buenos propósitos del año. Habéis cumplido? O más bien, habéis empezado? Porque sólo un 8% de la población mantiene los buenos propósitos del año nuevo más allá del 17 de enero, lo que no sé es si la estadística incluye a los que todavía no han comenzado con ellos o sólo a los que lo hayan intentado por lo menos. Si no has empezado, o ya has abandonado… Enhorabuena! Perteneces al 92% de la población que fracasa en este tema. Que aquí el que no se consuela es porque no quiere.
 
Yo tenía un solo propósito y, al menos de momento, seguimos con ello. Parece sencillo, sólo es uno, pero no por ello es menos importante. El primero y único de mis propósitos no escritos es el de librarme de la pena.

Aquí

La tristura (me encanta esa palabra, creí que era gallego pero he descubierto que es castellano también) y la melancolía deben terminar de una vez. El duelo debe terminar, hice todo cuánto estuvo en mi mano, luché a su lado y la acompañé hasta el último momento, creo que he sido una buena hija y ya he penado bastante, se acabó, tengo que pasar página de una vez. El 2015 tiene que ser el año del optimismo, de la alegría y del entusiasmo y tengo que poner todo mi parte para que suceda. Creo que ha sido tomar esta decisión y mejorar, o tal vez es que por fin se han terminado estas fiestas que tantos recuerdos y sufrimiento me causan, o tal vez que he empezado a hablar con mi madre para contarle cosas o pedirle fuerzas, o tal vez sea por algunas de las decisiones y cambios de hábitos que estoy adoptando. El caso es que estoy mejor.

Tengo que librarme de la soledad, este sentimiento de desamparo y abandono que tanto me pesa. He pasado una enorme cantidad de mi vida siendo la-hija-de y unos seis años siendo además la-madre-de y ya es hora de ser yo misma. Ser adulto significa saber vivir con tu propia soledad, conocerte a ti mismo. El único momento en el que no estamos solos es cuando somos niños. No tengo madre ni padre y mis hermanos son tremendamente despegados, pero tengo mi propia familia, unos niños que son un amor y un marido que me quiere aunque coincidamos muy poco por los horarios. Hemos empezado a pasar diez o quince minutos todos juntos en la cama antes de dormir a la niña, es poquito tiempo pero se lo agradezco en el alma, me gusta mucho ese ratito y me siento un poco más acompañada y más unida a mi santo y a mi familia.

Recordaba vagamente haber leído que si antes de dormir repasabas los tres mejores momentos del día dormías mejor y en general, conseguías ser más feliz. He buscado más información sobre esto y resulta que son unos consejos de Elsa Punset, madre mía, en mi vida he visto yo un programa de su padre, y de ella menos, y resulta además que no son tres si no diez. Bueno, pues yo estoy recordando cada noche tres buenos momentos que me hayan ocurrido en el día, divertidos o entrañables y dejar de repasar errores o revivir recuerdos. Ayer dormí recordando que Xoubiña me había sorprendido al decirme “eres perfesta mamá!” y me la había comido a besos, que Parrulín había dibujado en el taller de Altas Capacidades un montón de corazones y la palabra mamá con pintura fotoluminiscente para que lo viera por la noche, y que se me ha roto el carrito y la pobre Xoubiña ha acabado con el culo en suelo pero muertos de risa los tres.

Una buena actitud también comienza con una buena imagen. Tenía el propósito de arreglarme un poco más para sentirme mejor y lo estoy haciendo también. Me compré lentillas y cuando llevo lentillas siempre me hago la raya en el ojo, una tontería que no me lleva más de un minuto, pero que hace que me sienta más favorecida, como con otra actitud. He ordenado mi armario y he rescatado un montón de cosas que no me ponía porque no podía dar teta o porque me quedaban pequeñas, Xoubiña ya no pide a todas horas, puede esperar hasta llegar a casa y he adelgazado tanto que la ropa pequeña me queda incluso un poco grande. Ya no me pongo lo primero que pillo intentando que no se maten los colores, la noche anterior pienso qué me quiero poner y lo dejo preparado antes de acostarme.

Sigo con mis proyectos de costura que me alegran mucho, estoy probando y experimentando, cada vez hago más cositas, tengo en mente nuevos modelos de vestidos, de muñecos, de peluches… Sólo lo hago en el transporte público, camino del trabajo, pero además he rescatado del olvido un pequeño y prehistórico mp3 para oír música en el trayecto, música elegida para recargar pilas y optimismo. Canciones de esas que siempre hacen que asome una sonrisa, que te llenan de vitalidad y alegría, que hacen tamborilear los dedos o la punta de los pies, canciones de buen rollito. Y comienzas a trabajar con otra actitud diferente, si además puedo ponerme los cascos durante el trabajo, mejor que mejor. Ya sabes: Mueve tus caderas, cuando todo vaya mal!

Y al hilo de esto (sí, al hilo, jejeje) he conseguido una máquina de coser. Me hacía mucha ilusión tener una máquina pero no me decidía a gastarme el dineral que cuesta sin tener claro si iba a tener tiempo para utilizarla y si iba a saber hacerlo. La novia de mi hermano se compró una máquina, le ha cogido el gusanillo, se ha comprado otra mejor y me ha regalado la primera. Yo feliz, cierto que aún no he tenido tiempo para estrenarla pero todo se andará.

Un propósito de lo más habitual tras las fiestas es ese de adelgazar o de hacer ejercicio. Yo ni lo uno ni lo otro, qué se le va a hacer. No tengo ninguna intención de adelgazar, peso ahora lo mismo que hace diez años. Que podía estar mejor, indudablemente, pero como he llegado a pesar unos doce kilos más que ahora sin contar embarazos, pues me veo estupenda, para qué sufrir. De hecho, de vez en cuando me compro una bolsita de chuches y me alegro otro poquillo. A mi edad, comiendo chuches! Pues sí.

Hacer ejercicio no va conmigo, lo de correr se lleva mucho ahora y yo correr… si pierdo el autobús y tengo mucha, muchísima, muchisísima prisa, que si no, ya vendrá otro, qué se le va a hacer. Lo que sí me apetece es volver a patinar. Patinabas? Pues no. Jajajaja! Me propuse aprender, me compré patines y protecciones, hice mis pinitos, me quedé embarazada de Parrulín y lo dejé. No sé patinar, pero sigo proponiéndome aprender. Este fin de semana voy a comprarle unos patines a Parrulín, en su cole van a comenzar a dar clases, que aprenda él y luego me enseñe a mí. No sé si funcionará, pero me gusta la idea de ir a patinar con mi niño precioso.

Así que de momento, pertenezco a ese 8% que sigue adelante con sus propósitos de año nuevo. Y tú como lo llevas? Has empezado? Has desistido ya? Si pudieras cumplir un solo propósito, uno solo ¿cuál sería?

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Hoy dice el periódico

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Hoy dice el periódico que ha muerto Demis Roussos, algunos ni sabréis quien es, pero tuvo muchos éxitos en los setenta y ochenta. Un cantante que asociaba a mi niñez, que casi ni siquiera recordaba, pero que hoy viene a mi memoria junto con Nana Mouskouri, de la que aún debo conservar una vieja cassette en casa. Madre mía, qué viejiña me estoy volviendo si tengo estos recuerdos, impresiona, la verdad. Recuerdo incluso cantar con mi padre el “Triki triki”, físicamente se parecían, la barba, la barriga… seguro que esta canción sí la recordaréis.


Hoy dice el periódico que el rugido del tigre vuelve a oírse en la India después de un importante programa de conservación que se viene realizando desde hace cuarenta años. Cuarenta! Qué barbaridad! Y empieza ahora a dar sus frutos, deberíamos concienciarnos más en la protección de la naturaleza. Dice también que un precioso gatito llamado Bu no tiene quien le adopte porque tiene inmunodeficiencia felina. También deberíamos concienciarnos más en el abandono y adopción de animales. Dos noticias de felinos, dos situaciones radicalmente diferentes.

Hoy dice el periódico que hace 50 años de la película Sonrisas y Lágrimas, tengo que bajármela pero ya! La de veces que habré visto yo esa película! La de veces que me la habrán puesto en el colegio en Inglés! Esa, y Dirty Dancing, las ponían en clase de inglés todos los años, no fallaba ni uno! Quién no ha aprendido las notas musicales con esta canción? “Do, es trato de varón…” Qué recuerdos… Madre mía, insisto en pensar qué viejiña me estoy volviendo!

Hoy dice el periódico que han hecho un anuncio de leche en polvo en el que un robotamamanta a un bebé. Ojiplática me quedo. Lo que hay que ver! El robot tiene una imagen casi virginal, vestida de blanco y acompañada de música celestial, hasta que el niño se pone a llorar y el padre viene a recargar al robot con una lata de leche en polvo. Enhorabuena a los publicistas, han conseguido lo que querían y el anuncio se ha hecho viral en Alemania. Yo sigo ojiplática, la verdad.

Hoy dice el periódico que la serotonina aumenta la paciencia y la felicidad, o que se creía que aumentaba la felicidad pero en realidad aumenta la paciencia, o algo similar. La verdad es que no me he enterado mucho, he leído la noticia en diagonal pensando “Póngame cuarto y mitad de eso por favor” Que me da igual si aumenta la paciencia o la felicidad, que en cualquiera de los dos casos me vendría bien un chute de esto, seguro que sí.

Hoy dice el periódico que vuelve Sabina a Madrid, aún le guardo rencor por el gatillazo de la última vez. Volveremos a vernos? No, no iré a verle en esta ocasión. Y no es porque me haya puesto chula y digna y decida castigarle con mi indiferencia, que quizá sí, o no, no he podido ni pensármelo porque ya no quedan entradas a la venta.

Todas estas cosas raras decía el periódico hoy... 

Pero nada decía la prensa de hoy de esta sucia pasión, de este lunes marrón
del obsceno sabor a cubata de ron de tu piel,
del olor a colonia barata del amanecer.

Hoy amor, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.
Hoy amor, igual que ayer, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.

Pero nada decía el programa de hoy de este eclipse de mar,
de este salto mortal,
de tu voz tiritando en la cinta del contestador,
de la manchas que deja el olvido a través del colchón

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Un sábado y dos parecidos muy razonables

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El sábado al levantarnos me apresuré a vestir a los niños, estrenaban un jersey morado, cada uno en su talla, requetepreciosos estaban los dos a juego. Algo que no suelo hacer, más que nada porque no coincide, pero los vi en las rebajas, me cuadraban las tallas y el precio, y me encantaron. Cámara en mano, dispuesta a inmortalizar el momento, intento colocarlos a los dos, que no se mueva ninguno, que me miren, que sonrían… toda esa cantidad de cosas que tenemos que conseguir para que de veinte fotos que lances quede bien por lo menos una.

Parrulín tiene unos mofletes tipo Heidi, que yo achacaba al calorcito de la cama, del edredón, las dos mantas, el pijama manta y el radiador, que convierte su habitación en un horno. Últimamente se nos ha vuelto muy friolero el chiquitín y necesita, o dice que necesita, todo esto para dormir. Estábamos a punto de salir de casa para ir a clase de Astrofísica cuando se me ocurre comprobar si tiene fiebre. Dice que no le duele nada ni se encuentra mal pero para sorpresa de ambos resulta que tiene 38,5. Despierto a mi santo “Houston, tenemos un problema” y a pesar del disgusto del chiquillo que está empeñado en ir a clase, paracetamol, pijama y a la camita. Cambio de planes, cojo a la niña, a pesar del disgusto de dejar a su hermano en casa, y nos vamos al Corte Inglés a cambiar un regalo de Reyes mío que no se habían dado cuenta sus majestades que ya lo tenía. “Claro, mamá, es que los Reyes no abren los armarios!” Pues tienes razón, hijo, va a ser eso.

Corte Ingles de Callao, cambio una máquina de hacer cupcakes que ya tenía por un jersey y una camiseta de la planta joven. Yo con mis taitantos y me siento incapaz todavía de ir a la planta de mujer, cosas que pasan. Realizado el cambio estoy con Xoubiña en el carrito esperando el ascensor y se pone a mi lado otra chica con carrito. Un carrito muy moderno, es más corto que el mío, o es raro, no sé qué le pasa a este caro, es raro, muy moderno, y raro, muy raro.

Xoubiña se asoma al carrito moderno para ver al bebé. “Es un perrito!” me dice muerta de risa. Yo creo que la he entendido mal, pero lo repite, me asomo y sí, es un perrito. El ataque de risa de las dos es proporcional a las ganas que tiene la chica de contarme todas las características y ventajas de tener un carrito para un perro, me suelta un montón de información no solicitada. Era de Asturias, estaba de viaje en Madrid y claro, sin carrito para el perro no la dejarían entrar en el Corte Inglés, ni en los restaurantes, y no podía dejar al perrito solo en el hotel todo el día. Si lo miras así… “Y esto cuánto cuesta?” La pela es la pela. “Lo he encontrado en internet por 160” Y yo no sé si quedarme más asombrada por el perro o por el precio.

Llega el ascensor, está ocupado por tres chicos jóvenes con pinta de friki, con cariño a los frikis, que conste. Cómo se dice ahora? Nerd. Pues eso, tres chicos que al ver entrar dos carritos nos hacen sitio. Xoubiña, que no pierde una, les saluda efusivamente “Hola chicos qué tal?” Ay qué simpática, qué bonita la niña. Y se asoman a ver al otro. Uy, pero si es un perro, también tiene biberón? Y la chica se mosquea, y les pone cara rancia, con lo habladora que había sido conmigo! La chica se baja sin mediar palabra y entonces estallan las carcajadas, los Nerd, Xoubiña que no pierde una y yo, los cinco escacharrados de risa. Dice uno de ellos “Pues se parecía a la madre!” Jajajaja! Terminamos llorando de risa y no me fui a tomar unas cañas con ellos porque tenía que irme a casa, pero que conste que me lo propusieron de lo bien que lo pasamos en el ascensor. Ligué? Ligué!

Carrito, perrito en cuestión (que por cierto era igual que este, siento no tener foto de la chica para el parecido razonable) y enlace a una página que los vende, por si acaso alguien tiene la misma imperiosa necesidad que la chica asturiana. 

Telepienso

Tarde de sofá, manta y peli, con Parrulín malito y el frío que hacía en la calle es lo mejor que podemos hacer. Vemos una peli de la guerra de las galaxias, la primera cronológicamente, La amenaza fantasma. Era la primera vez que la veía, sabía que había espadas láser y creía que había fantasmas también, una buenísima combinación para un niño de seis años!

Observa fascinado al niño de la peli, Anakin Skywalker, Ani para los amigos, se siente identificado con el niño y me dice “Mamá, creo que me parezco mucho a este niño” Pues sí, cariño, la verdad es sí. Tenéis el mismo tipo, color y corte de pelo y esos ojazos grandes y expresivos, es verdad que te pareces mucho! Es difícil encontrar un parecido propio, no? Es más fácil identificar a otro, yo no he pensado en mi vida que me parezco a otra.


 “Mamá…” Ay, qué difícil es ver una película con este niño callado! Ay, qué difícil es en general que este niño esté callado! Dime cariño. “Que creo que me parezco mucho a este niño, porque también debe de ser superdotado” Ay pues eso no lo sé, cariño, pero para construir a C3PO y construir el podracer ese… debe de serlo, sí. “Mamá…” Uf! Dime cariño. “Que creo que me parezco mucho a este niño, que es muy valiente en la carrera, seguro que gana” Eh… mejor me callo, de valiente tiene poco el pobre, pero está bien que él sí se crea valiente, cómo quitarle la ilusión. “Mamá…” Ejem! Dimeee cariño. “Que creo que me parezco mucho a este niño, también me daría mucha pena despedirme de ti” Pues sí, mi amor, a mí también, pero sabe que va a estar mejor con los Jedi. “Mamá…” QUÉ! “Que creo que me parezco mucho a este niño…” Que sí, hijo, que sí. “Pero también hay una cosa en la que nos diferenciamos” En qué? “En que… él no está constipado!” Jajaja! Vale.

Es cierto que se parece bastante, sólo espero que no siga sus pasos hacia el lado oscuro! Eso no se lo he contado, es mejor que lo vaya descubriendo según vayamos viéndolas.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, que la fuerza os acompañe.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Veintinueve un veintinueve y más veintinueves

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Me gusta el número veintinueve, hay números en esta vida que dan suerte. Aunque eso de la suerte es muy relativo y yo no soy supersticiosa, más que nada porque estoy convencida que ser supersticiosa trae mala suerte, jejeje. El caso es que hay números que, por casualidad o no, se repiten en tu vida y en mi caso es el veintinueve.

Vine al mundo un veintinueve de julio, no porque yo lo decidiera, más bien lo decidieron las vacaciones del ginecólogo y mi madre, que se negaba rotundamente a que le atendiera otro médico que no fuera el suyo, pero así sucedió.

Mi hija vino al mundo un veintinueve de agosto, porque ella lo decidió, más bien lo que ella decidió fue romper aguas y el ginecólogo decidió que no me dejaba dilatar y me rajaba de lado a lado por la cesárea previa, algo que por cierto habíamos hablado y había dicho que no, pero así sucedió.

Y hoy, veintinueve de enero Xoubiña cumple veintinueve meses! Xoubiña, mi niña con nombre de reina, mi currusquita, mi pequerrechiña, mi amor, mi compañía, mi consuelo, el melocotón de su abuela.

Mi pequeña niña ya no es un bebé aunque para mí lo seguirá siendo toda la vida, como su hermano mayor. Pero ha crecido, ha aprendido un montón de cosas y es una niña muy bonita. Qué voy a decir yo si soy su madre! Es una preciosa niña rubita, con poquito pelo, que le hago un kiki de milagro y porque me empeño mucho, su piel es muy blanquita, sus ojos son grandes y expresivos como los de su hermano, siguen teniendo un color muy peculiar que no tiene Parrulín y ya no sé si cambiarán o se quedarán así, son marrones pero el borde es de color gris, y su naricilla es pequeñita y respingona.

Se parece mucho a su hermano y su relación con él sigue siendo estupenda, le adora. Cuando le preguntas quién es la más bonita de todo el reino te dice “Tato!” por su hermano, y se parte de risa. Antes decía “la buja mala, mala” y yo intentaba que dijera que era ella, pero no, es el hermano. Además da igual lo que te pida que siempre te lo pide por duplicado, “do galletas, una para tato” o“do abú (yogur), uno para tato”, esté o no esté el hermano ella siempre cuenta con él. Me encanta verlos jugando juntos y dándose besos y abrazos mutuamente.

Es muy cariñosa, me pregunta varias veces al día si soy su amija, yo le digo que sí, que mucho, y me llevo un abrazo, jejeje. Me da muchos besos y yo a ella mogollón pero no le gusta nada de nada que le hagas una pedorreta, dice “una pululeta no, que soy mu guapa!”ella se enfada y se lo borra y yo me parto de risa.

Los Reyes le trajeron un bebé al que ha puesto de nombre Marcelino, lo mejor de todo este asunto es que ella dice Marselino y que en realidad es una niña! Tiene su biberón, su orinal, y su carrito para sacarlo a pasear, los fines de semana tenemos que llevarlo de paseo, varias veces, con manta y todo. Le encanta pasear el carrito! Este fin de semana me dice “Mamá, un bebé da mucho tabajo…” Si hija, no lo sabes tú bien. “Tene pis, y caca, hay que darle el birón, leer un cuento… mucho tabajo!” y estaba muy graciosa en la conversación.

El lunes les compré un juguetito del chino, me pillaron blandita de corazón, les dejo elegir y Xoubiña escoge una espada. Y tú para qué quieres una espada, cariño? “Pos… para disparar a Marselino mamá, que da mucho tabajo!” y con esa explicación cómo no se lo iba a comprar! Me la imagino en plan reina de corazones Que le coooorten la cabeza! Jajaja!

Mi Xoubiña, mi niña con nombre de reina, mi currusquita, mi pequerrechiña, mi amor, mi compañía, mi consuelo, el melocotón de su abuela. Todos esos sobrenombres que tienen los sigue cumpliendo a la perfección. Muchas felicidades reiniña mía, felices veintinueve meses mi amor!


Ya conté una vez que hay un dicho budista que dice: Siempre que ayudas a otro ser vivo a crecer descubres que la verdadera sanación se produce en tu interior.  Pues eso.



Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Regalos de ayer y de hoy

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Un buen día te conviertes en madre, un buen día te ves sumergida en la vorágine de comprar regalos para tus hijos, como loca poseída dando vueltas por las jugueterías, y mientras buscas lo que te han pedido, o lo que imaginas que les puede gustar, recuerdas los juguetes de tu época, los comparas con los juguetes actuales y te entra la nostalgia.

Buscando el regalo perfecto para mi Xoubiña he vuelto a ver las barriguitas, esas con las que tanto jugaba yo de pequeña, aún es poco pequeña pero creo que le podría gustar. Ay lo que han cambiado las barriguitas! Eran taaan bonitas, con sus cuerpecitos redonditos, sus manitas con hoyuelos… Así eran las barriguitas de mi época.


 Y así son las de ahora, que no hay color!


He encontrado una edición para coleccionistas o algo así, de la barriguitas del bosque, estuve en un tris de comprarla pero… no lleva bragas! Se le habrían caído, pensé, y busqué por dentro de la caja, pero no, se ve que la única barriguitas que no han vendido es porque no llevaba bragas. Y quiero recordar mi infancia, sí, pero quiero que mi hija sea una niña decente! Era esta, aquí sí lleva bragas.


La Nancy, otro clásico de mi época. Nosotras no teníamos Barbies, mi madre opinaba que no eran decentes, como yo con las barriguitas sin bragas, jajaja, éramos de Nancy, y la verdad que tenían una dulzura en la cara, que eran preciosas también. Aquí las Nancy de mi época.


Y aquí las Nancy cara rara que venden ahora, un horror, o quizá no tanto, pero sin duda muchísimo más bonitas las de antes.


Tengo en Galicia unos pin y pon que algún niño olvidó en mi casa, o que encontré en la playa o algo así, porque recuerdo que míos no eran. Eran unos muñecos simples y básicos, la gracia estaba en tener la granja o la casa o cosas así. Yo me encontré estos.


Pero ahora están llenos de colores por todas partes, de detalles y chuminadas varias. En este caso supongo que el cambio ha sido a mejor pero yo me quedaba con los anteriores, aunque me los hubiera encontrado. Así son.
 

Me hubiera encantado regalarle al niño el exin castillos, hubiera disfrutado muchísimo, con lo que le gustan a él los castillos y las construcciones, hubiera sido un regalo perfecto. Peeero sólo se vende para coleccionistas, de segunda mano. Por más de 200 euros! Ay si hubiera guardado el mío! Así era.


Rompo una lanza a favor de Playmobil y de Nenuco, las dos marcas que han seguido mejorando y sacando nuevas ediciones sin perder la esencia de lo que eran. Porque un click sigue siendo un click y un Nenuco sigue siendo un Nenuco. Bravo por ellos! El Nenuco colechando es absolutamente genial!


 
Y no solamente los muñecos han cambiado, también han cambiado muchísimo los juegos, el enredos de toda la vida, que ahora se llama twister. Ay el enredos, que lo conservo todavía en Galicia, un pedazo de plástico resistente para toda la vida, en cambio el twister se rompe enseguida!

 
Y los libros? Qué me decís de los libros? Los libros de los cinco, que han sacado una nueva serie en historias cortas, los de Puck, los de Torres de Malory… Me hace ilusión volver a verlos, pero me defrauda enormemente ver los nuevos formatos.



 



Los que me encantaban también eran los libros de Los Hollister, tenía la colección completa que nos dieron unas vecinas, los leí y releí hasta la saciedad infinidad de veces. No he encontrado nuevas ediciones de estos, supongo que estarán por salir. Tampoco he encontrado nuevas ediciones de los libros de Celia, que también los tenía todos. Qué recuerdos aquellos!


Qué te regalaron que te gustaría que tus hijos tuvieran? Qué nueva edición has visto que deja mucho que desear de lo que tu tenías? 

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, pelín nostálgica hoy.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Un niño de altas capacidades no necesita ayuda

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Un niño de dos años que tienes que cambiarlo de clase en la guardería porque los demás niños sólo dicen mamá y poco más y él habla como una persona mayor, un niño de tres años que te sorprende diciendo que va a leer un cuento de dinosaurios y la primera palabra que lee él solo es “Parasaurolofo”, un niño de cuatro años que hace un trabajo de Egipto que parece una tesis doctoral, un niño de cinco años que aprende solo a multiplicar y dividir, un niño de seis años que te realiza preguntas sobre la materia oscura del universo y ya no sabes contestar… Ese es mi hijo.

Mi hijo tiene hoy seis años y es un niño de altas capacidades, de muy altas capacidades. 

Mi hijo en casa multiplica, divide, hace factoriales, fracciones y ecuaciones, porque le gusta y le entretiene. Mi hijo en clase suma flores. Mi hijo en casa lee a Julio Verne, enciclopedias de dinosaurios, monografías sobre grandes civilizaciones y libros de astronomía. Mi hijo en clase lee El lobo Lupas. Mi hijo en casa obtiene toda la información que quiere del tema que desea a demanda. Mi hijo en clase se aburre.

Un niño de seis años con unas capacidades tan altas no tiene ningún tipo de ayuda, ni de la Comunidad, ni del Ministerio, ni del colegio, ni del orientador de estudios, ni de la tutora... ¿Por qué las denominadas “plazas de educación especial” no incluyen a los niños de altas capacidades? Porque un niño “superdotado” no necesita ayuda, según el Ministerio de Educación. La única ayuda que proporcionan son unas clases de matemáticas que no le hacen ninguna falta los sábados por la mañana, aunque el curso pasado ya me dijeron que no entraría (si entra) hasta el 2016. Hoy, once meses después de enviar el informe, le hacen por fin unas pruebas los psicólogos de la Comunidad de Madrid.

El niño se aburre en clase, le genera una enorme frustración tener que sumar dos flores más tres flores, día tras día. De momento no tiene problemas de comportamiento pero lo habitual es que estos niños se porten mal en clase, por aburrimiento, por llamar la atención, por frustración, por falta de interés, de motivación… y que termine en fracaso escolar. El porcentaje de niños y adolescente con altas capacidades que abandonan los estudios es abrumador.

Entiendo que cada niño tiene sus particularidades y que no se puede prestar una atención personalizada a cada uno de ellos. Lo que no entiendo que no se preste ninguna ayuda a estos niños, que todo se base en la buena voluntad (o no) del profesor de turno, en la investigación personal de los padres sobre un tema que a priori desconocen totalmente, en la búsqueda constante de actividades para realizar con ellos como clases de astrofísica, talleres de robótica, visitas al planetario, cursos de programación de videojuegos, entradas a museos, bibliotecas, excursiones, etc… con el enorme desgaste económico y emocional que ello supone para los padres.

Tiene una mente brillante que, además de su enorme coeficiente intelectual, es una mente que funciona de otra manera, que hace problemas matemáticos ofreciéndote el resultado sin pasar por operaciones intermedias. Para sumar 34+29, en realidad sumará 33+30, que le resulta más sencillo y te dará el resultado en un segundo. Académicamente deberá poner un uno pequeñito arriba para indicar que se lleva una y no estará correcto el problema si no lo hace así.

La creatividad de estos niños es admirable y su mente es diferente. Pero deberá adaptarse a la generalidad y hacer las mismas cosas que los demás, no podrá desarrollarse a su ritmo, no podrá explorar ni explotar sus capacidades. Podremos hacer en casa todo lo que podamos pero son muchas horas de frustración y aburrimiento constante en el colegio donde le obligan a mantenerse al mismo nivel que los demás y a funcionar y pensar de la misma forma de la que lo hacen los demás.

Los niños de altas capacidades tienen el derecho LEGAL a una adaptación curricular pero eso dependerá del profesor de turno, porque es algo que no está definido, ni se hace un seguimiento, ni una inspección, ni nada. En nuestro caso el niño TIENE que sumar flores, porque su cuaderno debe de estar hecho para demostrar ante el Ministerio que SABE sumar flores pero, como terminará antes, en el tiempo que le sobre la profesora me ha ofrecido que podrá hacer algo que le guste mucho y YO prepare para que esa sea su motivación para terminar las tareas. Esa es la adaptación curricular ofrecida por el colegio. En estos momentos su motivación para terminar pronto las tareas es que después le dejan leer un libro sobre Gengis Kan, libros que por cierto también tiene que llevar de casa.

Mi hijo tiene un coeficiente intelectual de más de 140, lo que entra en la categoría de Genio siempre y cuando realice alguna acción en beneficio de la humanidad. ¿No deberíamos ayudar a estos niños? ¿Nos estaremos perdiendo un brillante futuro por falta de ayudas? ¿Se convertirá en un gran científico que descubra algo importante o será un adolescente frustrado que abandone los estudios por falta de motivación? No lo sabemos todavía, como padres pondremos todo de nuestra parte, el colegio, la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Educación NO. Porque un niño de altas capacidades no necesita ayuda, o eso dicen.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Mamá de un Ferrari

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La semana pasada hacía una entrada que titulaba Hoy dice el periódico, y finalizaba con una canción de Sabina que dice Hoy amor, como siempre, el diario no hablaba de ti, ni de mí.Pero ayer sí. Ayer el 20 minutos hablaba de Parrulín, y de mí. Ayer Madre reciente tuvo la amabilidad de cederme la palabra en su post Tampoco es fácil conducir un Ferrari (sobre los niños de altas capacidades) y le agradezco enormemente la posibilidad de poder mostrar mi punto de vista sobre este asunto en su blog, en su periódico, en el segundo diario más leído en España según las últimas estadísticas del 2014.

Agradezco los comentarios recibidos en su post, generalmente positivos, muchos corresponden también a otras mamás Ferrari (al final voy a quedarme con este apodo), que somos muchas más de lo que parece aunque generalmente no se nos vea. Agradezco las recomendaciones, las opiniones y los diferentes puntos de vista. Agradezco las mamás Ferrari que se han puesto en contacto conmigo por mail o twitter para compartir sus experiencias e inquietudes. Agradezco cómo otras blogueras habéis movido este enlace por las redes sociales. Estoy muy, muy contenta de que lo haya publicado Mama reciente y de la repercusión que ha tenido este tema gracias a ella.

Las altas capacidades es un tema que me preocupa mucho, pero no suelo hablar demasiado de ello. Por muchos motivos, quizá el primero sea que no sé cómo tratarlo, que no conozco el tema en profundidad, sólo lo vivo y lo llevo lo mejor posible, no sé cómo se hace ni cómo hablar acerca de esto. También porque no quiero que parezca que presumo de ello, es algo que nos ha tocado y, como le digo a Parrulín, cada uno es como es, y puedes presumir de lo que te has ganado con tu esfuerzo y tu trabajo, pero no de lo que te ha tocado en suerte. También porque no quiero que se le juzgue como un friki flipado que va a clases de astrofísica, ni que se me juzgue a mí ¿Tiene un hijo muy inteligente y se queja? Seguro que piensa alguno. Esta quisiera tener un Einstein y lo único que le importa es el cerebro de su hijo. Sí, he leído en comentarios parecidos, e imagino que más de uno piensa así. Pero la verdad es que, como madre, lo único que quiero es su felicidad.

Parrulín viene a contarme que han dado las decenas y las unidades en clase, que él ha preguntado si las de 100 eran centenas y las de 1000 millares, y su profesora le ha dicho que sí, pero que eso no se da hasta cuarto de primaria. Y el niño me pregunta con lágrimas en los ojos ¿de verdad voy a tener que esperar tres cursos para saber esto? ¿de verdad vamos a estar repitiendo las decenas durante tanto tiempo? Y yo no sé qué contestarle. ¿Que aprenda a estar quieto y callado como decía otro comentario? Porque yo puedo enseñárselo si me lo pide, aunque no hace falta porque ya me está demostrando que lo sabe, pero de aquí a final de curso la práctica totalidad de su cuaderno de matemáticas es de descomponer en decenas y unidades y colorearlas de azul y de rojo respectivamente.

Y voy a una reunión de padres y la profesora nos cuenta que este trimestre es muy difícil, porque van a descomponer decenas en matemáticas y a aprender cuál es el número anterior y posterior a otro, porque en lengua van a dar la br- y la bl- y porque van a dar las horas. Y a mí se me cae el alma a los pies pensando en mi hijo. La profesora dice que deben leer en casa cinco minutos diarios, cuando mi pelea es que deje de leer y apague la luz. Nos cuenta también que aprender las horas es muy difícil, pero que no nos preocupemos porque van a estar repasando las horas todos los cursos hasta quinto. Y mi hijo no conoce el reloj, no ha surgido que le enseñara, no lo ha pedido, pero me imagino que a la primera vez que se lo expliquen lo habrá entendido perfectamente y tendrá que repetirlo durante cuatro años seguidos!

Parrulín es un niño al que le puedes explicar cualquier cosa, enseñarle otros puntos de vista, trabajar con él la inteligencia emocional, intentar que aprenda a llevarlo de la mejor manera posible y canalizar los sentimientos hacia donde más le convenga, pero sólo tiene seis años! Procuro quitarle importancia a todas estas cosas y decirle que debe de hacer sus tareas bien para que le sobre tiempo y pueda dedicarse a otras cosas que le gusten más. Pero también me pongo en su pellejo y sufro por él. Intento que comprenda la importancia de hacer las cosas bien y de portarse bien en clase. Su primer impulso es ponerse a charlar con el de al lado, empezar la tarea cuando están casi recogiendo y terminarla en un minuto. No tiene problemas de conducta, al menos de momento, pero me preocupa mucho que llegue a tenerlas en un futuro si no canalizamos bien este asunto.

Los niños de su clase han hecho un enorme esfuerzo por aprender a leer, a sumar, a descomponer las dichosas decenas. Pero a él le viene todo rodado, no ha tenido que esforzarse en nada, lo coge todo al vuelo. Y debe aprender a esforzarse, porque si no lo hace cuando llegue el momento no sabrá hacerlo y en la vida no todo es inteligencia para conseguir las metas, el trabajo y el tesón es una parte esencial que él todavía no conoce y yo no sé cómo enseñárselo.

Y debería haber un profesional que nos guíe, que nos explique cómo se hacen estas cosas, porque yo no sé. Soy su madre, le doy amor, cariño, comprensión, le educo lo mejor que puedo y sé, pero no soy profesional de la enseñanza, soy una arquitecto pensando seriamente en volver a ponerme a estudiar y hacer un máster acerca de las altas capacidades porque no sé cómo hacerlo bien. Y si la administración, sea cual sea, no puede o no quiere asignar recursos al menos que me indiquen qué camino coger. Que vamos a destrozar un Ferrari en este camino de cabras!

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, mamá de un Ferrari.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Happy week finish with a happy friday

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Hoy estoy happy, happy, happy! Tanto que estoy por pintarme el símbolo de la paz en la cara, ponerme una corona de flores y fumar hierba… eh… digo… que estoy por ponerme a bailar como una loca y dar palmas con las orejas… ponerme a cantar queda descartado, amenaza nieve y tampoco vamos a provocar a los fenómenos meteorológicos que luego la liamos. Se me nota la vena dramática y exagerada, pasional que es una, y no es que me haya sucedido nada que me vaya a cambiar la vida, pero ha dado la casualidad que todos los días me ha sucedido algo bueno, o he tenido una buena noticia o ha sucedido algo especial, pequeños puntitos de esos que te alegran un poquito la vida. No sé cómo estaban alineados mis astros pero me han sucedido un montón de cosas buenas o divertidas. Claro que también, hacía tanto tiempo que no me sucedían que igual es que se me han ido acumulando y han llegado ahora todas juntas de golpe. Que sigan, que sigan, que no seré yo la que me queje!

Lunes, dormí. Ole! Y la que no sea madre no podrá comprender el subidón que te pega cuando duermes siete horas seguidas! Ole! Algo muy poco frecuente con una pequeñaja que no para de pedirme teta a todas las horas de la noche, pero el lunes sucedió, sí, y pensé que tal vez sería el comienzo de una dichosa etapa en la que vuelva a parecer más una persona normal que un zombi con orejas, digo… con ojeras. Porque no, no ha sucedido, esta noche ha sido un horror, pero la de lunes fue buena, muy buena.
Llevaba ya varios días con una idea rondándome por la cabeza, que iba y venía, jugando al escondite y al despiste, me estaba imaginándome a Xoubiña vestida para carnaval con un medio cascarón de huevo en la cabecita y la otra mitad en el culo. Que si no se lo hago este año de mayor no me va a dejar y además como que no pega. Mientras yo pensaba, descartaba y retomaba, busqué en internet y… existe! Si es que está ya todo inventado, siempre se le ha ocurrido a alguien antes! Decidido! Me lío la manta a la cabeza y la voy a disfrazar así:

Wikihow

 Martes, mi jefa se acerca a mi sitio y… me sube el sueldo! Que nooooo! Ojalá, pero ha tenido un detallazo y me ha regalado unos muñequitos preciosísimos para los niños. Y no tenemos una relación personal como para eso, pero me ha dicho que compró unos para una compañera que está de baja maternal (esa sí que es muy amiga suya) y que se acordó de mis niños y los compró también! Yo alucinaba. Son ideales, me tienen enamoradísima, pero el detalle sin tener por qué ha sido tan bonito como sorprendente. Los niños han flipado y les han puesto nombre, son el señor Green y la señora Purple. Teníais que oír a Xoubiña señora Parpel.Una pronunciación perfecta, ni que fuera hija de My Fair Lady! Y a mí que me encantan todas estas cositas me he puesto a investigar y he encontrado dónde comprar unos ojos de seguridad para ponerle a los muñequitos que hago yo! Os presento al señor Green y la señora Purple.



Miércoles,Madre reciente publicó mi post y Parrulín salió en el periódico. Hacía mucho tiempo que tenía ganas de hacer esto y cuando por fin ha sucedido pues me ha hecho  muchísima ilusión. Me he desahogado y he puesto mi granito de arena en este tema. Además, me he ganado el apodo de mamá Ferrari! Y no quiero ser pesada con este tema pero para mí ha sido muy importante y reconfortante.

Jueves, 7:00 am, una abuela me para en el andén y me pide ayuda para borrar un wachap que no quiere que vea el marido. Yo me partía de risa, pobre mujer, que sabía que se podía hacer pero no sabía cómo. Y yo voy, y la ayudo, y la mujer queda feliz. Me voy riéndome y preguntándome por qué no habré cotilleado el chat en cuestión, qué discreta soy! ¿Y si la abuela tiene un amante? ¿Y si decía guarrerías? ¿Y si planea robar un banco? Me voy montándome posibles tramas y finales en la cabeza mientras lo twiteo porque me ha hecho mucha gracia. Entonces oigo Chica, chica! Y yo no suelo volverme ¿por qué me van a llamar precisamente a mí con la cantidad de chicas que hay en el andén? Pero sí, me agarran del brazo, era la abuela, que quería darme explicaciones del chat, que le había mandado dinero a su hija y no quería que lo supiera el marido. Qué desilusión! Yo que ya casi me estaba imaginando haber visto un tío cachas y musculado en la foto de perfil y que le había adjudicado a esta buena mujer una más que interesante jubilación y resulta que era eso! Le dije a la mujer que era importante mantener los secretos bien guardados, y nos despedimos. Puede que la abuela, con ese punto de sabiduría que tienen las abuelas, se imaginaría que estaba yo pensando en un tío cachas… y lo cierto es que aún estoy pensando en ello, era mucho mejor mi historia!

Viernes, qué ha pasado hoy? Que no os habéis enterado? Pues muy mal por no seguir a @trastadasdemama, o su blog, o su Facebook, o lo que sea, con lo omnipresente que es esta chica! Pues que he ganado un sorteo!!!!! Toma ya! "Investigación criminal. Detective del ADN". Un kit con más de 12 experimentos que nos ayudarán a comprender qué es eso del ADN y como se transmite la información genética de padres a hijos. Y a mí, pues me ha alegrado la mañana! Ole! A Parrulín le va a encantar!


Mamá de Parrulín y de Xoubiña, happy.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

La mejor arma contra los enemigos de la lactancia

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Como siempre llego tarde incluso a la polémica, inconvenientes de ser una procrastinadora confesa. Me encanta el nombre de procrastinadora, me parece que suena a mujer fatal embutida en traje de latex y látigo de cuero, aunque en realidad significa dejarlo todo para el último momento, y eso es también lo que me ocurre con la lactancia, soy una madre lactante prolongada por procrastinadora.

Recuerdo el primer día que fui a una reunión de multilacta, tenía Xoubiña apenas diez días y una lactancia mixta que anticipaba el mismo fracaso que con Parrulín. Tenía la asesora una niña de dos años que correteaba por allí y de vez en cuando pedía teta. Y se me hacía raro, la verdad, allá cada una con su teta que haga lo que quiera, pero ver a una niña de dos años pidiendo chupitos todo el rato no lo había visto en mi vida. La verdad es que nunca había visto mamar a nadie, ni pequeño ni mayor. Y yo pensaba que ni de broma iba a estar yo sacándome una teta cada dos por tres más de dos años, de hecho yo pensaba que ni siquiera iba a conseguir la lactancia de Xoubiña. Y aquí seguimos, por procrastinadora!

Recuerdo otra reunión a la que vino también una chica en prácticas que se estaba formando para ser asesora, esta chica tenía una niña de dos años y una niña mayor que acababa de destetarse a los cinco años. Madre mía, y a mí que me había extrañado los dos años de la otra! Decía que la teta era su herramienta de crianza y que no sabría qué hacer sin ella, porque todo lo solucionaba, los llantos, el dolor, el hambre, la sed… Imaginaba una pelea entre hermanas y la madre poniendo paz sacándose una teta para cada una. Yo hasta los cinco años? Ni de broma! Y aquí seguimos, por procrastinadora!

Xoubiña tiene casi dos años y medio y sigue mamando, y es cierto que es mi mejor herramienta de crianza. Cuando está cansada, cuando coge un berrinche de esos inexplicables, cuando le duele algo, cuanto tiene sueño, cuando tiene hambre, cuando tiene sed… si no busca ella la teta se la ofrezco yo y se soluciona todo. Y duermo poco, muy poco, y estoy cansada, muy cansada, y a menudo pienso en destetarla pero aquí seguimos, por procrastinadora!

Enemigos? Pues sí, más de una vez, que dos años y medio dan para mucho! La primera, la gine, en la primera revisión después de la cesárea me dice que vuelva a los dos meses cuando deje la lactancia. Y si sigo? Bueno, pues a los cuatro, cuando dejes la lactancia. Y si sigo mucho, mucho tiempo? Vuelvo al año? Pero cómo vas a estar un año con la lactancia, tú estás loca! Bueno, pues loca o no, ocurrió, y volví a la revisión del año pero no recuerdo su reacción, o puede que me la saltara, no recuerdo.

Volví hace poco a la gine a la revisión de los dos años. Qué tal todo? Bien Qué tal tus reglas? No tengo. Y qué has hecho con ellas? (Mmmmm… meterlas en un cajón y olvidarme dónde las he puesto? Qué pregunta más poco profesional!) Es que sigo con la teta. Tú estás loca! Y me doy cuenta que no es la primera vez que me llama desequilibrada esta mujer, pero como lo hace así con una risita pues no parece un insulto hasta que te marchas y repasas mentalmente la conversación y pierdo la oportunidad de soltarle algo apropiado, o lo dejo para la siguiente ocasión, y al final no lo hago nunca por procrastinadora.

Dificultades? También, pero he tenido mucha suerte, sólo he tenido una candidiasis, me he librado de mastitis, perlas de leche y todas esas cosas. Pero cuando tuve eso que no sabía qué era, el dolor era tremendo y Xoubiña debía de tener ya… no sé… siete meses? El caso es que vas a la gine y te dice que quites la teta, se la enseñas a la pediatra y te dice que quites la teta, vas a una dermatóloga y te dice que quites la teta. Pero vamos a ver! Es que si te duele una pierna alguien te dice que te la cortes! Al final encontré gracias a mi santo, a una enfermera sabia en lactancia y con una crema estaba solucionado en un par de días, así de fácil.

Pero para enemiga, enemiga, la pediatra. Antes de cumplir los tres meses ya estaba chuperreteando un trozo de jamón, a los cuatro comía galletas y mandarinas, hicimos el BLW pero un poco según iba surgiendo la cosa y sin abandonar nunca la teta a demanda. Quiero decir que la niña come de todo desde muy pronto, alimentación complementaria se llama. Complementaria de qué? De la teta! O del bibe! De la leche, vamos! Entre el año y los dos años deben ir cambiando de tomar mayormente leche a mayormente comida. Y la niña no tiene ni ha tenido nunca problemas de peso ni de crecimiento.

Atención a la pediatra, año y medio. Le doy teta todavía. De postre? No, de postre no, cuando quiere. Le estás estropeando el metabolismo a tu hija con la teta a demanda. Perdón? Si los mayores comemos a todas horas nos convertimos en obesos y con los niños con teta pasa lo mismo, pero vamos, que puedes hacer lo que quieras. Faltaría más! Ay la culpa, qué invento más maravilloso para manipular a alguien, que vale para todo! Ah, vale, no lo sabía, se la daré de postre sólo. Porque, digo yo, que para qué le voy a dar un curso a esta mujer que no tiene ningún interés en el tema, que diga lo que quiera que yo haré lo que me dé la gana. Pero y si mi hija fuera de bajo peso? Sería culpa de la teta? Seguro! Y si fuera rellenita? Sería culpa de la teta? Seguro! Y me iría a casa preocupada, sintiéndome culpable por darle teta, y seguiría dándosela, porque soy una procrastinadora confesa, pero con un enorme sentimiento de culpabilidad.

Y el resto de las revisiones de la niña yo siento que esta mujer me mira de reojo y me lo vuelve a preguntar. Le das teta todavía? Me pregunta con cierta suspicacia. Noooooo, cómo le voy a dar teta a los dos años! Y de postre natillas! Y la miro yo de reojo y veo que no se lo cree, igual el retintín de las natillas ha sido demasiado, ajo y agua, si en realidad no quieres saber la verdad salvo para echarme la bronca! Y seguiré hasta que me canse, o hasta que se canse ella, porque me da la gana, y por procrastinadora!

Como conclusión, la misma de siempre, cada una con su teta que haga lo que quiera. Si los niños están sanos y felices la culpa no viene a cuento, y si les pasa algo tampoco, lo que hay que hacer es solucionar el problema, no buscar culpable. Y en cuanto a los pediatras que están en contra de la teta mi consejo es… Mentid como bellacas! Es la mejor arma contra los enemigos de la lactancia.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, procrastinadora.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

En el país del ayer

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En el país del ayer los hijos teníamos como banda sonora las cintas de casete y los vinilos de nuestros padres, su música preferida era la banda sonora de nuestra infancia, sus canciones las nuestras. Las viejas casetes que se rebobinaban a mano, o con un boli, y se pegaban con celo cuando se rompían, los vinilos acababan rayados de tanto repetir su canción favorita… En el país del ayer teníamos a Mocedades, a Sergio y Estíbaliz, a Juan Pardo, a M Dolores Pradera, a Jose Luis Perales, a Cecilia y otros similares. Esa era la banda sonora de mi infancia.

En el país del ayer la música de nuestros padres era la nuestra, y hoy en mi casa apenas se oye otra cosa que no sean cantajuegos o similares. Aquellos eternos viajes en coche oyendo la música de nuestros padres han sido sustituidos por insufribles dvd colgados de los cabeceros de los asientos que hacen más eterno el viaje, aunque se tarde mucho menos. De eso nos hemos librado, tras una larga y profunda deliberación marital “Compramos un dvd para el coche?” “Tú qué opinas?” “Yo opino que no, porque si no no oiremos otra cosa cada vez que vayamos en coche” “Pues tienes razón” Hala, decisión tomada! Pero no nos hemos librado de cenar con Peppa Pig para que Xoubiña no se vaya a la cama con la barriga vacía, aunque nos estamos quitando.

Este fin de semana ha muerto Sergio, y pienso que muchas de las referencias de mi niñez se están muriendo. Y me parece estar oyendo a mi padre decir con su sorna habitual “Si, sobre todo gente que no se había muerto nunca antes” y le recuerdo cantando “Cantinero de cuba”, recuerdo a mi madre oyendo sus cintas de Mocedades en el radiocasete de la cocina y a mi abuela poniendo el vinilo de Jose Luis Perales.

Mocedades, además de formar parte de mis recuerdos, forma parte de mi historia, no puedo contarlo aquí por privacidad, pero basta decir que mi nombre fue elegido por algún motivo relacionado con ellos que nunca adivinaréis porque no es fácil.

En el país del ayer, en el país de los recuerdos, en el país de la nostalgia y de la melancolía. En el país del ayer yo escuchaba esta canción:


 Si te vas al país del ayer,
Ramo de hierbabuena en flor,
Acuérdate de llevarle un mensaje,
A quien fue mi primer amor.

Dile que me haga un vestido de tul,
(Blanco de nieves, y de nubes azul)
Ramo de hierbabuena en flor,
(Donde el rocío se vuelve licor)
Que me lo ponga de madrugada,
(Cuando la luna parece cansada)
Y será mi único amor.
(Eternamente el único amor.)

Dile que siembre en el huerto del mar,
(Huerto de algas de salvia y azahar)
Ramo de hierbabuena en flor,
(Lluvia que riega con suave rumor)
Yo le ayudaré a coger la cosecha,
(Cosecha de perlas y murria)
Y será mi único amor.
(Y será mi único amor.)

Dile que atrape un rayo de sol,
(Rayo secreto en un claro del bosque)
Ramo de hierbabuena en flor,
(Ojos que olvidan su eterno temblor)
Que escriba mi nombre con polvo de estrellas,
(Será, y guárdalo de huella)
Y será mi único amor.
(Y será mi único amor)

Si te vas al país del ayer,
Ramo de hierbabuena en flor,
Acuérdate de llevarle un mensaje,
A quien fue mi primer amor.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Los terribles dos

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Dice Rosa Jové que “La etapa de las rabietas es buena y pobre del niño que no la pase, porque eso quiere decir que no tiene ideas propias o que le han machacado tanto que ya ha dejado de defenderlas” y tengo que recordármelo a menudo: Es una etapa buena, es una etapa buena, que lo dice Rosa Jové, y si lo dice ella yo me autoconvenzo de que es cierto y lo llevo mucho mejor, o no, pero como no me queda otra pues trato de superarlo lo mejor posible.

Xoubiña, procrastinadora como su madre, llega tarde a los terribles dos porque ya tiene dos y medio, y es una niña muy buena (y muy bonita), no tiene (tocamos madera) esas rabietas de ponerse a romper cosas, a pegar, a morder, o autolesionarse, no, ninguno de mis hijos ha tenido rabietas de esas (tocamos madera), pero las tienen a su manera y trato de superarlo lo mejor posible. Xoubiña, es muy teatrera, pero mucho, mucho, y si sumamos el drama que la caracteriza (esta va para artista, lo veo venir) con los terribles dos pues resulta que no quiere comer y me dice “Mamá, es que no ves la pena que tengo por comer?” Todo esto sin soltar una sola lágrima. Sí, cariño, lo veo, pero hay que comer. “Es que no ves la pena?” Quizá porque me reí la primera vez lo repite en cuanto hay algo que no quiere hacer. “Mamá, es que no ves la pena que tengo por dormir?” “Mamá, es que no ves la pena que tengo por cambiar el culo?” “Mamá, es que no ves la pena que tengo por poner el pijama?” y así podría seguir hasta el infinito. A veces contesto que no la veo, pero eso le sienta peor!

La semana pasada fuimos a ver una peli en las actividades gratuitas para niños que hacen en el Corte Inglés. Éramos muy poquitos, la mayoría de las madres dejaron a los niños allí y se fueron a la cafetería (desde donde no podían verlos). Los asientos eran circulares y de colores y los niños pasaban más tiempo jugando con ellos que sentados encima. Vino un niño de los terribles dos, en cuanto otro niño se levantó por error del asiento, Xoubiña y él fueron corriendo a cogerlo. Xoubiña llegó primero y el otro… la mordió en la cabeza! Bueno, casi, pero porque conseguí apartar a la niña justo a tiempo. Tuvo también un problema similar con Parrulín y le intentó morder una mano. La pobre madre se excusó, le riño, nos pidió perdón mil veces... me decía que llevaba así dos semanas y ya no sabía qué hacer.

Y qué hay que hacer? Pues no lo sé. Creo que a cada uno le funciona su propia forma de hacer las cosas, a cada uno que le funciona, claro, y no creo que exista una fórmula mágica que se pueda aplicar a todos los niños. Sé lo que me funciona a mí, lo que creo haber aprendido en mi experiencia y lo que yo creo que NO se debe de hacer.

Los terribles dos (terrible two) se puede alargar hasta los terribles tres (terrible three), en EEUU los llaman como a adolescentes en cuerpo de niños (threenager). Y en primer lugar tenemos que comprender por qué se producen estas rabietas. No están poniéndonos a prueba, aunque lo parezca, no tienen intención de fastidiarnos, ni siquiera tienen la intención de volver locos a sus padres, aunque también lo parezca. Lo único que les ocurre es que no saben bien qué les está pasando en ese momento y, aunque lo supieran, tampoco tienen el lenguaje tan desarrollado como para poder explicárnoslo. El niño que tiene una rabieta lo está pasando mal en ese momento y no sabe cómo manejar ese enfado o esa frustración.

Bajo mi punto de vista lo que considero que no se debería hacer nunca ante una rabieta, aunque lo recomienden ampliamente supuestos psicólogos, supernannys, abuelas cariñosas y vecinas impertinentes, es ignorar. Tienes un bebé que está dejando de serlo, que no entiende qué le ocurre y que además lo está pasando fatal en ese momento, yo entiendo que lo que hay que hacer es acompañarle, intentar entenderle, intentar reconducir la situación, y no dejarle tirado en el suelo sin hacerle caso hasta que se le pase y se canse de llorar. O es que acaso cuando nosotros lo estamos pasando mal no nos sentimos mejor con un abrazo y acompañados?

Ampliamente recomendado es también el noble acto de despistar, qué madre no lo ha hecho más de una vez! Como prevención, o en los primeros momentos de la rabieta puede que sirva pero cuando ya está en el suelo, en pleno acto melodramático creo que hay que ayudar antes que despistar. Imaginad la situación. Cariño, estoy preocupada por esto o por aquello. Anda, mira! Pero si hoy juega el Madrid! Qué guay, eh? Y se pone tu santo a dar palmaditas y poner cara de emoción. Qué pensaríais? Insultos aparte, pensaría que no le importa un pimiento lo que le estoy contando, nunca que esté intentando despistarme de mi preocupación.

La prevención es un paso previo importante. Si sabemos que pasar por el parque va a generar un conflicto por querer quedarse jugando siempre podemos cambiar de calle y anticiparnos a la rabieta, que para qué lo va a pasar mal sin necesidad.

Ceder en las pequeñas cosas, no merece la pena ponerse a negociar en cosas poco importantes, desgasta mucho tanta negociación. Que le pones un precioso plato de princesas que es su favorito pero ella, justo hoy, quiere cenar en un plato de peppa pig que la semana pasada no le gustaba nada. Se lo cambias sin más, es una tontería y lo importante es que coma.

Pero cuando un no es un no, mantenerse firme. Si no le dejamos hacer algo por el motivo que sea, y comienza un berrinche, no cedas. Si cedes le estás enseñando que si te monta el numerito consigue lo que quiere, y si a veces cedes y a veces no, le estás enseñando que para la próxima sólo tiene que armar un follón aún mayor que el que te ha armado hoy y lo conseguirá. Dejarle hacer algunas cosas a veces sí y a veces no, les confunde. No podemos cambiar de idea según nuestra conveniencia del momento o lo cansados que estemos.

Lo ideal sería intentar razonar, pero a esa edad, según el niño y según las circunstancias de su enfado, no siempre es posible. Yo recomiendo no decir nunca que no. Eso no significa que le deje hacer lo que le dé la gana, significa que si le digo no ya no escucha el resto de mi frase y se enrabieta más. Siempre es posible cambiar la frase para no decir que no. No se quiere poner el pijama. Ahora lo ponemos y mañana por la mañana nos lo quitamos. No se quiere ir a la cama porque no tiene sueño. Vale, yo tampoco, vamos a leer un cuento entonces. Quiere salir a la calle después de cenar. Bueno, esperamos a que venga papá y se lo preguntamos…

Es fundamental en todo momento recordar que el adulto eres tú, somos su ejemplo de comportamiento, de nosotros aprenden, somos su modelo. Para ayudarle a entender sus emociones hay que controlar las emociones propias manteniendo la calma y la serenidad, aunque desees ponerte a gritar como una energúmena y tirarte de los pelos, respira y recuerda que el adulto eres tú.

Recuerda también que tu objetivo es a largo plazo. Que no se trata de conseguir ponerle los zapatos y salir rápidamente de casa, que también, pero que tu objetivo es educar, enseñarle a controlar sus sentimientos, aceptar un no por respuesta, aprender a negociar, que exprese lo que le está sucediendo… y es un objetivo a largo plazo. Eso no se consigue con un par de gritos bien dados. Que oye, te quedas como nueva, no digo yo que no, pero lo único que le estás enseñando es a gritar como método para solucionar los conflictos.

Perdona y olvida lo más rápidamente que puedas. Si se ha puesto a recoger las piezas de construcción después de una tremenda pelotera, aunque aún te hierva la sangre, recuerda el punto anterior, tú eres la adulta, felicita el buen comportamiento. Finge una sonrisa pero dale un abrazo sincero.

Y aunque me parece que este tema da para mucho, hasta aquí hemos llegado por hoy!
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

Un viaje inesperado de despedida

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Hoy escribo en el autobús, camino de Galicia. Las lágrimas empañan y emborronan estas letras que escribo. Hoy me voy a Galicia de forma inesperada, a despedir a mi tía, que fue como una segunda abuela y como una segunda madre para mi. Hoy me separo de mis hijos por primera vez. Vuelvo mañana, me perdonarán, pero yo no me perdonaría no ir a despedirme de la Nenina.

La Nenina era en realidad prima de mi madre, pero se criaron casi como hermanas, siempre juntas, siempre unidas. Se quedaron viudas con unos meses de diferencia y eso las unió todavía más si cabe. Se llamaban todos los días para contarse sus penas, sus alegrías, los últimos cotilleos del pueblo. Y hoy se han vuelto a encontrar allí en el cielo, o en la nube que decía mi madre que iría, o donde quiera que esté, pero estarán juntas de nuevo, riéndose.

Mi madre se reía poco, tuvo una vida dura, pero mi tía se reía siempre y no la tuvo fácil tampoco. Mi madre siempre se reía con mi tía. Una vez tuvieron tal ataque de risa en la plaza del pueblo que un señor les llamó la atención. Dos viudas riéndose! Y eso les hizo mas gracia todavía, no podían parar de reír. Nos lo contaban a menudo.

Mi tía era diez años mayor que mi madre y pocas veces había salido de Galicia. Cuando supimos que era el final vino a Madrid toda la noche en el tren para despedirse de su prima. Cuando llegó estaba inconsciente y le estaban dando la extremaunción, pero luego despertó y pasamos una buena tarde de risas compartidas. Aquella noche dormimos con mi madre en el hospital mi niña de tres meses, su prima y yo. Creo que al ver a su prima allí fue cuando verdaderamente supo que se moría. Y fue la primera vez en su vida que no lloró al despedirse de ella.

Hoy me toca a mí hacer ese camino de despedida. Y me toca hacerlo sola. Este camino tantas veces repetido, que siempre terminaba con un abrazo, con su sonrisa y con una sopa de fideos para la cena de mis hijos. Mis hijos la querían muchísimo, ella sabía hacerse querer, una de esas personas por las que los niños se sienten inmediatamente atraídos. Xoubiña la llamaba abuela Nenina.

Ya no me queda nadie en mi pueblo, ella era la última familia que tenía allí, que me hacía sentirme como en casa. Sabía que estaba malita, pero estaba mejorando. El viernes hablamos por teléfono y me dijo que nos veríamos en semana santa, estaba haciendo una chaquetita para mi niña. No esperaba tener que despedirme de ella de esta manera.

He venido toda la noche en el autobús, volveré esta misma noche en el autobús también y ya no recuerdo la última vez que viajé sola. Es la primera vez en seis años que tiene Parrulin que no he dormido con él, más me preocupa la pequeña Xoubiña, cómo lo estará pasando, cómo habrá dormido sin teta, qué pensará hoy cuando vaya mi amiga a recogerla a la guarde y cuando también le falte por la noche.

Estoy en Galicia, con el corazón desgarrado, con una maleta de pocoyo y un gran paraguas. Llueve. Y llueve también en mi corazón. Hoy me siento un poquito mas huérfana si cabe. Hoy hecho de menos a mis hijos. Hoy hecho de menos a mi madre y a mi tía, pero ellas no volverán.

Vengo a despedirme, a decirla que la quiero por última vez, a agradecerle todo lo que hizo por mi abuela, cómo la cuidó, lo que hizo por mi madre, cómo la hizo reír y lo que hizo por mí, cómo me hizo sentir. Gracias Nenina.

No te estoy diciendo que será fácil, te estoy diciendo que valdrá la pena. Ese es mi propósito para este año. Despedir a mi tía no me lo pone fácil, valdrá la pena esforzarme para curar todas mis heridas, pero tenía que venir.

Mamá de Parrulin y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices. 

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